
Negro come negro, sépase, al mismo tiempo que otros (generalmente los considerados 'blancos') se lo comen. Negro come negro, en esencia, cuando parece no importarle llevar unas huellas africanas comunes ni, salvo casos, el hecho de también compartir padecimientos de distintas índoles: a. Prejuiciación negativa y discriminación por motivos étnicos, o culturales, o territoriales y por más razones. b. Indiferencia estatal y de gran parte de la sociedad. c. Despojo de tierras y de otro patrimonio. d. Desarraigo forzado, o voluntario en busca de mejores condiciones de vida. e. Pérdida de autoestima por cuenta de ignominias y formas de opresión en su contra. f. Victimización de parte de guerrilla, paramilitarismo y otras organizaciones criminales. g. Degradación de su entorno medioambiental o hábitat, quedándole nomás enfermedades, desilusiones, miseria y muerte; siendo evidente que esas cosas también son secuelas de la forma precaria como el Estado atiende sus problemas y necesidades. En suma, negro come negro cuando con sus actuaciones individualistas desecha el imperativo de proceder en medio de la cohesión necesaria para hacerles frente a los males comunes. Cuando insisto en lo referido al comienzo de la presente nota es porque, por desgracia, muchas razones se encuentran para pensar que lo de negro comer negro es como algo enquistado en la sangre, en el alma; como una tendencia propia de la idiosincrasia del negro. ¿Pero, realmente será por eso?... De todos modos, sea cual fuere la génesis de dicha dinámica caníbal, no está bien que negro coma negro, ni que otros se lo coman, como tampoco que negro coma gente de otras etnias.
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