
Por otra parte, es evidente que los Uribe, Ordóñez y más que vapulean el proceso de paz de La Habana no lo hacen exactamente por considerar (como pregonan) que el Gobierno de Santos les esté entregando el Estado a las FARC; sino, porque definitivamente ellos son románticos y compulsivos enamorados de la guerra, no por la vida que se refleja en la paz que tanto aborrecen. Esta inferencia es igual, por ejemplo, al caso de gobernantes que privatizan patrimonios públicos no tanto por el afán de conseguir plata para luego robársela, sino porque odian al pueblo en pobreza; y en esa medida, entonces, pretenden acabarlo del todo mediante políticas gubernamentales que para nada lo favorezcan. Eso es, no es más; es decir, se trata de acciones acordes con credos ideológicos. Reitero algo plasmado en nota anterior: En la guandoca deberían estar quienes se oponen a la paz, como quiera que infringen el mandato constitucional (Artículo 22) de cumplir el deber de trabajar en procura de la paz; de allí, pues, que quienes hoy embisten al presidente Santos a lo mejor lo denunciarían en caso de que éste no cumpliera esa obligación de buscar la paz para Colombia.
Manifiesto una vez más mi disgusto con un Dios que nada que procede a expulsar los demonios que habitan en aquellos que pretenden escamotearnos a como dé lugar el derecho de poder vivir y morir en paz. ¿Señor Todopoderoso, qué es lo que pasa contigo, parcero?, ¿ñaño, por qué te portas así, como si acaso fuese que bendijeras a esos endriagos?, ¿Camarada Dios, nos estás cobrando nuestros pecados y por eso nos castigas poniéndonos a preñarnos de angustia por cuenta de saber que hay en la Tierra personas endemoniadas como aquellas, que día y noche transpiran perversidad por sus poros, ¿o será, pana Dios, que tranquilidad te proporciona el hecho de saber que somos más los que anhelamos la paz?... Pero ni creas, Padre, que aquellas inquietudes que planteo obedecen a incredulidad en la existencia tuya. ¡Ni más faltaba!, es apenas cosa de reparar porque, repito, nos mantienes al lado de aquellos seres que se pasan de abominables. ¡Líbranos, pues, del Infierno!
No comments:
Post a Comment