La palma de chontaduro no da borojó

Pretender que el expresidente Uribe, además de otros gendarmes de la Ultraderecha, respalden cualquier proceso de paz en Colombia, es como esperar que un día la palma de chontaduro produzca borojó, o al contrario. Esa postura de aquellos es apenas coherente, por lo que no debe parecer algo extraño. Ellos a capa y espada defienden que suenen con estrépito los tambores de la guerra, porque con ella se han nutrido de distintas maneras a lo largo de mucho tiempo. Estampados en mentes y almas cargan el sabor y el olor a barbarie, se solazan contemplando cómo corren raudos los ríos y mares de sangre por todo el territorio nacional. Nacieron con aquellos sentimientos, siendo bastante improbable que de la noche a la mañana los transformen en la racionalidad que implica la existencia de la convivencia pacífica. No permiten que toquen con su sanguinaria teta.