
Pero, ojalá no es que ahora salgan unos moralistas a magnificar el asunto pregonando que al violador de la intimidad de la Grisales habrá, entonces, que clavarlo a la guandoca por muchos años para que allá se pudra al lado del monstruo Garavito, por ejemplo; cuando por múltiples casos de corrupción y asesinato de centenares de personas hay hoy una persona en la calle, como si nada hubiese hecho en complicidad con no pocos; legislando desde el Senado de Colombia, censurando los procesos judiciales contra sus "buenos muchachos" y recomendándoles que se fuguen del país cuando se huele que les echarán el guante, convocando a su feligresía a un alzamiento en armas contra todo cuanto huela a paz, fregando por todo aquel sombrío personaje.
En cuanto a la reacción de Grisales le doy la razón por el hecho de haber sido víctima de la profanación de su intimidad por la divulgación de información personal; aunque, mirándolo con cabeza fría, resulta como sui géneris que se asuma como estrictamente privado lo de la edad de una persona; cuando de una u otra manera en cualquier instante alguien ha de saberla por razón de alguna diligencia donde haya que exhibir el documento de identidad. Pero bueno, otra cosa es propalar ese dato u otros personales sin la anuencia del dueño de su edad, pienso. Amparo Grisales, pues, se alborotó más allá de los extremos; nada extraño en ella que de ritual ha sido explosiva, calenturienta, irascible. En efecto, amenazó a quien publicó su cédula (y lo llamó "imbécil") con llevarlo a los estrados judiciales; y muy seguramente a estas alturas ya lo hizo, porque dirá ella que "semejante osadía no se queda así".
Es allí cuando digo, respetando el libre albedrío de cada quien, que ¡mal hecho! es eso de andar escondiendo la edad, o rebajándosela; algo que refleja una vanidad escandalosa, como si pecado fuese uno envejecer o acumular años de vida; situación que, mejor, debe apreciarse y agradecerse al Cielo; por ser hoy en día, en un Mundo de riesgos de todo tipo, un privilegio sumar un año de vida. El proceso cronológico en mención no es marchar hacia el plan, como no pocas almas así lo conciben; sino, que debe asumirse como un ascenso a la cúspide de las experiencias, de la sabiduría; siendo logros para bendecir, aunque cierto es que hay casos en los que en quienes los años les van llegando se producen los efectos contrarios. No todos somos iguales en lo fisiológico. Claro quede que nace esta nota no por ser yo proclive a estar metido en cosas de farándula; sino, con la intención única de referirme a lo de la ocultación o rebaja de la edad de una persona.
Pero hay que precisar, para información más amplia, que la divulgación de la edad de Grisales no es cosa de hoy nomás; como quiera que por allá en mayo de 2012 Caracol Radio hizo una publicación en la que se habla al respecto; incluso, adjuntándose en archivo pdf (lo dejo a disposición al final de la presente nota) el registro civil de nacimiento de la farandulera Grisales Patiño. Es decir, razón hay para considerar que en aquella ocasión también ella resultó violada, en su intimidad; tanto por quien accedió al registro civil mediante petición con interés histórico o académico, como por Caracol Radio que lo echó al aire. Entonces, se me hace que la pataleta que ahora hace la Grisales no cabe; ¿o cuál es la diferencia que ya en 2012 se supiera su edad con pelos y señales, a que la misma sea conocida hoy? No sé realmente si en la primera oportunidad Amparito Grisales haya demandado por haber sido ella objeto de violación de su intimidad.
Registro civil de nacimiento de la Grisales
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