Mentira que el ELN no quiera paz

No asumo por cierto aquello de que el ELN no quiere emprender un proceso de paz con el Estado colombiano, como consideran no pocas personas por cuenta de las múltiples acciones de guerra que han arreciado en los últimos tiempos; con las cuales no apenas se meten con la Fuerza Pública, sino también con la población civil y con la infraestructura física (vuelan torres de energía eléctrica, derriban puentes, destruyen oleoductos y perpetran más fechorías que terminan recrudeciendo la inopia del pueblo más desamparado...). Lo que pasa es que los elenos, que saben que terminarán en una Mesa de Paz como las FARC, buscan protagonismo en extremo; y ellos, como los farianos, desean llegar al proceso pisando duro, bien posicionados para negociar luego de plantear la percepción de que militarmente son poderosos, y que aunque no sean numerosos como las FARC poseen capacidad innegable de causar mucho daño, algo que nadie debe poner en mínima duda. No es lo mismo negociar con un débil que con un fuerte... Ellos no quieren embarcarse en un proceso que sea estimado como no tan importante o protagónico como el desarrollado con las FARC, no es más. En esa medida, entonces, han recurrido a la dilación del arranque de negociaciones formales porque claro tienen que mientras esté en marcha el proceso de La Habana ellos no tendrán aquel protagonismo que buscan. 

Como no hay en el momento un pacto de cese del fuego y hostilidades, ni bilateral ni unilateral de parte suya, pues lastimosamente hay que  decir que "guerra es guerra". Claro, lo que no está bien es que ellos en desarrollo de aquella se metan con la población civil (secuestros, extorsiones, paros armados que a la postre no son contra el Estado sino contra el pueblo que padece sus trágicas consecuencias, entre otras acciones militares que de una u otra manera la afectan), ni que quebranten los preceptos del Derecho Internacional Humanitario en ejercicio del conflicto militar. Por supuesto, uno quisiera que den ellos muestras de vocación de paz como en ciertos momentos lo han hecho las FARC no secuestrando y declarando el cese unilateral del fuego; pero, repito, el ELN está jugando a mostrar sus dientes filudos para que no sean pordebajeados cuando sea la hora de sentarse a la Mesa de Paz con el Estado; en un proceso que, en verdad, no debería pasar de un año; como quiera que hay muchas coincidencias entre sus pretensiones y lo hasta hoy acordado con las FARC, siendo pocas las diferencias en tal sentido; sin que deje de ser crucial lo diferente a lo que ellos aspiran, especialmente en lo concerniente a la intervención de las multinacionales en el manejo de asuntos petroleros y otros recursos naturales nacionales, lo cual pasa por el hecho de meterle mano al modelo de desarrollo económico de nuestro país; y seguramente por algo más con lo que buscarán marcar diferencias con lo propuesto por las FARC; pero, todo indica que no será mucho lo distinto (cosas más de forma que de fondo). En síntesis, insisto en que el ELN está moviéndose con la perspectiva de que su proceso de desmovilización no sea concebido como de menor importancia con relación al de las FARC. Claro saben que no cuentan hoy día con opciones de alcanzar "la toma del Poder por la vía de las armas", entonces chicanean. En efecto, como de veras quieren dejar la lucha armada hacen ochas y panochas bajo el deseo de que el pueblo diga con criterio de presión al Gobierno (el Estado mismo): "¡Basta de barbarie!, es tiempo de pactar la paz con el ELN, del mismo modo como con las FARC". Obvio, el expresidente Uribe y todos sus compinches que hacen gavilla contra la paz se la pasan orando día y noche en procura de que un proceso de paz con el ELN no se cristalice, o que al menos se retrase por mucho tiempo mientras ellos continúan siendo amamantados por la teta de la guerra, la misma que harto los ha nutrido a lo largo de no poco tiempo y de muchos modos.