Chocoanos, también miremos nuestras culpas

CHOCOANOS, TAMBIÉN MIREMOS NUESTRAS CULPAS: Cuando se habla de que hay que protestarle al Estado por ser racista e indiferente con el Chocó, pero que al mismo tiempo debemos hacer igual con las personas que también garrotean a su propio pueblo cuando nos gobiernan, representan y dirigen en diferentes instancias regionales y nacionales, entonces muchos se alebrestan. ¿Es embuste, acaso, que muchos hacen eso (maltratar a su misma gente y embejucarse cuando se lo enrostran)?... ¡No, es la purita verdad! De modo, pues, que merecen ellos ganarse su cantada de tabla, y ojalá con la sanción social del pueblo al que con saña levantan a bujús. Desde luego, es preciso que repasemos los demás del común si fallamos o no; lo cual puede ser de una u otra manera, haciendo u omitiendo; siendo cierto que lo último nos convierte en cómplices de quienes nos dan como a potro mocho, de aquellos que nos apalean como a culebra. En conclusión, no sea el agua sucia nomás para el Estado en cabeza de los gobiernos nacional, regional y locales. Es bueno y debido reconocer nuestros errores, mucho más proceder a enmendarlos con la perspectiva o el compromiso de no repetirlos. Cuando uno se abstiene de ponerle el pecho a algún error, entonces incurre en otro error. Seamos equilibrados. El rejo, cuando haya que darlo, debe ser parejo.