Unas horas después de haber publicado la nota cuyo enlace dejo al final de la presente, por CNN en español escuché que el presidente Santos nuevamente le mandó una carta al expresidente Uribe; donde de manera emocionadamente fervorosa le implora que se una al proceso de paz, que lo respalde; y entonces creo que Santos es uno más de los que consideran que "sin Uribe no habrá paz" (en la nota de abajo comento lo que pienso al respecto); lo cual, reitero, no es más que subirle el ego a un Uribe que difícilmente aprenderá siquiera a pronunciar la palabra "PAZ", y menos a aplicarla. Es que con Uribe jamás se desvirtuará aquello de que "árbol que nace torcido jamás enderezará". Uribe nació con hambre de barbarie, y por más que harto la coma no logrará dejar de sentir tal hambre, porque no quiere ni puede. Una vez más digo que cuánto me gustaría estar equivocado en mi apreciación con respecto a Uribe, pero dudo mucho que un día tenga que tragarme mis palabras. No dejo de preguntarme si es que el presidente Santos en verdad cree que Uribe es imprescindible para la paz de Colombia, o si las reiteradas invitaciones que le ha hecho son nomás para dejar constancia histórica, para que un día al menos se diga: "Santos cumplió con exhortar varias veces a Uribe a hablar el idioma de la paz". También entonces, por lo anterior referido, repito que pretender que Uribe, el procurador candidato presidencial Ordóñez y otros de los amantes de la violencia, hablen de paz, es como pedirle a la palma de chontaduro que produzca borojó; pero, en serio, esto último lo hallo más probable que lo primero; o que los sapos bailen flamengo, o que vuelen los elefantes, o que los vientos no emitan sonidos. ENLACE: No es que sin Uribe no haya paz
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