hallándose él sumergido en el guaico,
pa mí no deja de ser una gran tierra.
¡Maunífica, barajo!,
al Chocó en mi alma lo cargo.
Un día que tuve un sueño lindo
con mi Chocó, me puse bien jullero;
pero pa nada lo cuento, ¡pachuchito!
Eso es por completo cierto,
ni por un bulluco e plata lo revelo.
Esto lo aprendí en la infancia:
Sueño bueno no hay que publicarlo;
no se arma tole, y es pa que salga.
Pa que yo decida desembucharlo,
¡ñanga es que me sonsacan!
Se los repito y es en serio:
Mi sueño no he de contarlo
ni manque me den pescao salpreso,
como tampoco por chere en tapao,
ni por arroz con longaniza y queso.
Ni por un sancocho de tres carnes,
ni por bocachico ahumao bien grande.
Hay algo que bien claritico
se los manifiesto sin temor:
Pueden si quieren tocar conmigo,
¡pero no se metan no con mi Chocó!
Porque el Chocó me dio la vida,
también por él mi vida la entrego.
No soy de quienes pegan la correndilla
-¡cuán malos hijos son ellos!-
cuando el terruño se está hundiendo.
Escuchen esto que les advierto:
¡Mucho cuidao con mi Chocó!
Donde me le toquen un pelo,
¡mi gente, pues se forma el bololó!
Se los repito y es en serio:
Mi sueño no he de contarlo
ni manque me den pescao salpreso,
como tampoco por chere en tapao,
ni por arroz con longaniza y queso.
Ni por un sancocho de tres carnes,
ni por bocachico ahumao bien grande.
Hay algo que bien claritico
se los manifiesto sin temor:
Pueden si quieren tocar conmigo,
¡pero no se metan no con mi Chocó!
Porque el Chocó me dio la vida,
también por él mi vida la entrego.
No soy de quienes pegan la correndilla
-¡cuán malos hijos son ellos!-
cuando el terruño se está hundiendo.
Escuchen esto que les advierto:
¡Mucho cuidao con mi Chocó!
Donde me le toquen un pelo,
¡mi gente, pues se forma el bololó!
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