En una charla con mis compadres Rompolón y Machigua me preguntaron qué es la incoherencia; entonces, les respondí: Compas, la incoherencia puede tener múltiples aplicaciones, no hay duda; no obstante, en esencia ella consiste en, por ejemplo: No aplicar lo que predicamos, criticarles a otros lo mismo que hemos hecho o hacemos... Miremos el asunto con unos casos precisos para ilustrar mejor la referencia: 1. Rompolón se disgusta porque lo llaman "negro", pero él no deja de referirse a su etnia como "los negros". Es decir, les pide a otros no hacer lo que hace él. 2. El expresidente Uribe y más de su caterva se ponen furibundos cuando se habla de la eventualidad de que guerrilleros de las FARC lleguen al Congreso, o que en términos generales participen en Política; empero, no les cuentan al país y al Mundo que en la secta satánica llamada Centro Democrático cuentan con un senador exguerrillero, Everth Bustamante García, quien perteneció al M - 19. Eso, obvio, es incoherencia; pero, en el caso del Uribismo es más cinismo; algo característico de aquella pandilla, la misma que suele recurrir a la Ley del Embudo, donde todo lo que sea bueno lo apetecen sus miembros. Claro, lo que consideren que los afecta de modo negativo lo desechan, lo vapulean con el cuento chimbo de que se trata de "persecución política", y de "infamias y calumnias".
Por supuesto, en torno de Uribe también se configura la incoherencia cuando pregona que con terroristas no se negocia; no obstante, él negoció con sus amigos paramilitares, sin una brizna de duda terroristas ellos; aunque desde la cloaca uribista prefieren llamarlos "refundadores de la patria". Como también está comprobado que Uribe buscó negociar con las FARC y con el ELN mientras espuriamente permaneció a la cabeza del Gobierno Nacional. ¿No es incoherencia, además, que Uribe acuse a Santos de corrupto cuando no ha habido en Colombia un gobernante más abanderado en corrupción que aquel Señor de las Sombras?... Mejor dicho, proliferan las evidencias para ejemplarizar, con Uribe y con muchas más personas de la sociedad global, lo que significa incoherencia; un vicio que más cuando implica contradicciones deliberadas de mala fe, preñadas de perversidad, reflejando carencia de sinceridad en el discurso con respecto a los hechos, pues debe ser aborrecido siempre. De modo pues, compadres Rompo y Machi, que procuremos no caer en el abismo de las incoherencias, para que así nos evitemos dolores de cabeza. Espero que ustedes, que por fortuna están del lado de la paz para Colombia, no hayan de incurrir en incoherencia convirtiéndose en feligreses de la secta satánica presidida por Uribe.
Por supuesto, en torno de Uribe también se configura la incoherencia cuando pregona que con terroristas no se negocia; no obstante, él negoció con sus amigos paramilitares, sin una brizna de duda terroristas ellos; aunque desde la cloaca uribista prefieren llamarlos "refundadores de la patria". Como también está comprobado que Uribe buscó negociar con las FARC y con el ELN mientras espuriamente permaneció a la cabeza del Gobierno Nacional. ¿No es incoherencia, además, que Uribe acuse a Santos de corrupto cuando no ha habido en Colombia un gobernante más abanderado en corrupción que aquel Señor de las Sombras?... Mejor dicho, proliferan las evidencias para ejemplarizar, con Uribe y con muchas más personas de la sociedad global, lo que significa incoherencia; un vicio que más cuando implica contradicciones deliberadas de mala fe, preñadas de perversidad, reflejando carencia de sinceridad en el discurso con respecto a los hechos, pues debe ser aborrecido siempre. De modo pues, compadres Rompo y Machi, que procuremos no caer en el abismo de las incoherencias, para que así nos evitemos dolores de cabeza. Espero que ustedes, que por fortuna están del lado de la paz para Colombia, no hayan de incurrir en incoherencia convirtiéndose en feligreses de la secta satánica presidida por Uribe.
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