Tom y Jerry, ¡salven ustedes la patria!

Dice mi compadre Rompolón: "Lo de los mantos de duda en torno del prontuario conductual de Tom y Jerry, los hijos del expresidente Uribe, es cosa de vieja data, sépase y recuérdese bien; y pese a que las evidencias de sus comportamientos non sanctos surgen más y más cada día para incriminarlos y sancionarlos de conformidad con la ley, para ellos todo parece que será igual que como con su taita; es decir, quedando sanos por el hecho de hallarse cobijados por la misma cobija del efecto teflón que a él lo cubre". Entre tanto, mi compa Machigua expone: "¡Pobres muchachos ricos!, no es justo que sean ellos objeto de infamias, calumnias y persecución política. No está bien que a ellos los hostiguen nomás por querer hacerle daño al papá, al glorioso Uribe Vélez, el inmortal por ser Dios. Les hago saber, Tom y Jerry, que con ustedes estoy de modo incondicional; sobre todo porque nos han enseñado con creces cómo enriquecerse de la noche a la mañana apenas comercializando manillas de cañaflecha, y limpiamente trabajando con la basura (el reciclaje). Buenos muchachos, no le paren bola al qué dirán; mejor dedíquense a seguir preparándose para pronto gobernar a Colombia. Ustedes, nadie lo dude, sí lograrán lo que por cosas de la vida desgraciadamente no pudo lograr vuestro progenitor: Refundar a Colombia; y ustedes seguramente no lo harán con la ayuda de esos tales paramilitares, sino con los neoparamilitares; con métodos más modernos, más efectivos aunque hayan de calificarlos como lo peor entre lo más sanguinario habido y por haber. Me sumo, pues, a la causa patriótica que ustedes encabezarán en aras de seguir exterminando a quienes se aparten de nuestra secta uribista (corrijo, neouribista); porque claro es que las personas que no están con uno están en contra, y entonces a los enemigos hay que ponerlos en su puesto. Tomás y Jerónimo, cuánto me arde que persistan unos pocos compatriotas (terroristas de la Izquierda) en acusarlos de evadir impuestos llevándose su platica siempre bien habida hacia paraísos fiscales, y de tráfico de influencias cuando nuestro gran líder Álvaro gobernó con incomparable brillo a Colombia durante solamente ocho añitos, entre otra serie de señalamientos infundiosos y cargados de envidia. Patrones, ustedes limítense a ordenar, que este pecho, junto con cerca de 50 millones de colombianos, estamos dispuestos a encaramarlos en el Solio de Bolívar a como dé lugar, y a siempre serles obsecuentes postrados de rodillas. Queridos angelitos, ¡Colombia es toda de y para ustedes! El Neouribismo, con ustedes a la vanguardia, lo pedimos a gritos. Quédeles claro que las catangadas de votos esperan por ustedes, próceres de la patria. Lleguen pronto, por favor; no nos dejen colgados de la brocha".