Congresistas colombianos y su autorregulación

El hecho de llegar a pensar que los congresistas de Colombia en algún momento opten por aprobar proyectos de ley que para ellos impliquen autorregulación (castigar el ausentismo, ponerle límite a su reelección, establecer para ellos la revocatoria del mandato, ser beneficiarios de incrementos iguales a los de los demás servidores públicos, entre otras disposiciones para ponerles freno a muchos de sus privilegios y sinvergüencerías), es como hacerse alguien la ilusión de que un día el expresidente Uribe aprenderá a hablar el lenguaje de la paz. Cómo será (para prueba de lo anterior) que un proyecto de ley para sancionar el ausentismo se hunde precisamente por falta de quórum. Claro, decidieron no asistir para de pronto no clavarse ellos mismos la puñalada, salen huyendo cual ratas después de cargar con el queso. De modo que se requiere recurrir a otra instancia para poder introducir legislación de la naturaleza arriba comentada, y así ponerles coto a esa parranda de sinvergüenzas, avivatos como siempre, tramposos; donde, desde luego, hay que contar excepciones que lastimosamente no son más que eso, meras excepciones. Son los mismos que se la pasan legislando en su beneficio, y en el de otros que los nutren con prebendas de todo tipo; y claro, legislan en contra del pueblo que ha depositado su confianza en ellos eligiéndolos, y reeligiéndolos por los siglos de los siglos.