¿Es que perdemos viviendo como gente?

Pregúntase uno cuándo el Mundo podrá hallarse envuelto en un manto de armonía, desprovisto de problemas causados por la Humanidad. Entonces, la respuesta de comienzo y obligatoria debe ser esta: Cuando entendamos y corroboremos con actos que no habrá males mientras no los hagamos. Claro, y para que así sea es preciso que nos comprometamos a vivir como gente, y no únicamente circunscribirnos a ufanarnos de ser gente y vivir entre gente. El vivir como gente comprende: 1. El respeto de la dignidad de los seres humanos; y de la misma Naturaleza con sus elementos, donde somos las personas los más importantes. 2. La solidaridad; ¡cuánto nos cuesta entregarla a quienes la necesitan!, ¡cuánta mezquindad nos rodea!, ¡cuánto egoísmo nos acompaña! Todo porque pensamos apenas en nosotros y en nadie más, porque "a los demás que se los coma el tigre", porque "al compartir con otros podemos quedarnos sin aquello que debe ser nomás para nosotros, razón por la que ellos son unos estorbos que hay que sacar de nuestros lados a como dé lugar". 3. El amor; el amor no es para declararlo, sino para demostrarlo; el odio es un bumerán, que hasta puede herir más a quien lo arroja. 4. La honestidad; hay que respetar lo ajeno, sea lo que sea. Honestidad también es andar siempre con la verdad, no con la mentira que por lo general engaña y esclaviza más a quien la diga o la utilice de cualquier modo. Honestidad es, además, no intrigar contra alguien con la intención de ponerlo en conflicto con más gente o para causarle cualquier perjuicio. Honestidad es transparencia en cada una de nuestras conductas. 5. El espíritu pacífico; cualquier categoría de agresividad es nociva tanto para la víctima como para el victimario, son enormes las secuelas negativas de la ¡maldita violencia! 6. El perdón y la reconciliación; no perdonar equivale a destilar rencor, y de tal modo es imposible una reconciliación efectiva. Por supuesto, más principios y valores resultan necesarios para que podamos vivir como gente; pero, en esencia todo es cosa de hacernos del lado de la Ley de Dios, prescindiendo entonces de acoger la doctrina de Satanás, la génesis de nuestras conductas reprochables. ¿Será que perdemos cuando optamos por vivir como gente?...