No pocos son los diablos que han llegado a gobernar desde la Casa Blanca, y no sólo a Estados Unidos; sino, desde allí también a muchos más pueblos del Orbe; haciéndolo siempre a su antojo, pero más sometiéndolos que gobernándolos; inspirados en la Doctrina del Destino Manifiesto, según la cual un día Dios dispuso que fuera dicho país "el amo y señor del Mundo". ¡Oh, ¿cuándo Elohim hizo eso?!... Resulta que hoy quiere llegar a ejercer aquel poderoso gobierno el señor Donald Trump; el mismo que gracias más a su enorme arsenal económico que ha puesto a rodar con manirrotismo, ha conseguido atrapar adeptos para su causa nefasta. Es decir, Satanás en persona es el aspirante de marras. ¡Líbranos, Dios! Líbranos porque no apenas están en juego los intereses de los estadounidenses, sino los del rancho global en gran medida precisamente por ese prurito de tomarse a pecho Estados Unidos el creer ser el papá de los pollitos; con lo cual, entonces, todos estamos expuestos a su accionar; éste que pasa por pretender beneficios políticos, económicos, geográficos o territoriales y de otras índoles; sin importarle a esa nación en cabeza de sus gobernantes, republicanos y demócratas, conculcar los derechos del resto de la Humanidad, sabiéndose bien cómo es que suele hacerlo de frente y tras bambalinas.
Considero que sobra mencionar aquí con pelos y señales las atrocidades que ha trasbocado la trompa sucia y larga de Trump, la cual dudo que le despercuda ni con cresopinol ni con veterina. Pero, sépase, el peligro suyo no reside justamente en lo puerco de su trompa; como sí en sus mensajes que a leguas reflejan su desdén hacia ciertos grupos poblacionales; infiriéndose, pues, que representa él un engendro racista, tirano, cafre, intolerante, deshumanizante. Reitero, el señor Donald Trump (nombre que traducido al español corresponde a Donaldo Trompón) es el mismísimo Belcebú en persona. No obstante, pese a su hasta hoy exitosa campaña en procura de ser ungido como candidato oficial de los republicanos, aun ganando tal nominación no logrará él aplastarse en el Solio de la White House; porque finalmente por fortuna se impondrá una mayoría que comprende con certitud lo fatídico que sería para Gringolandia (en especial para los inmigrantes y nativos discriminados por Trump), para toda la Tierra, tenerlo en tal pedestal. Todo indica que Trump ha confundido la Casa Blanca con un frenocomio, que es donde debe estar.
Háblase aquí del Trump que se la pasa de escándalos en escándalos; el mismo que ha sido acusado de tramposo, habiendo creado una universidad dedicada a defraudar a los estudiantes por su afanosa obsesión por la plata. ¿Se imaginan de qué podría ser capaz Donaldo pretendiendo, seguramente, apoderarse de todas las riquezas del Orbe donde llegare a ser presidente de Estados Unidos?, ¡líbranos, Dios! Hay algo en lo que se me hace que que el expresidente Uribe Vélez le ha enseñado muy bien a Trump; y es esa magia para lograr adormecer a no poca gente aun sabiendo que tratan con el mismísimo Lucifer. Claro, es culebrerismo combinado con infundir temor; o sea, "si no abrazamos a Trump (como igual se da con Uribe) nos puede hasta costar la vida"; y en el caso del señor Trompón, además, juega mucho su fortuna para comprar respaldos. No hay duda, el Uribe es un gran maestro, exportador de la maldad. Estados Unidos, con mucha gente buena, e igual el Mundo, no merecen la desgracia de un Trump como rey en la Casa Blanca.
Considero que sobra mencionar aquí con pelos y señales las atrocidades que ha trasbocado la trompa sucia y larga de Trump, la cual dudo que le despercuda ni con cresopinol ni con veterina. Pero, sépase, el peligro suyo no reside justamente en lo puerco de su trompa; como sí en sus mensajes que a leguas reflejan su desdén hacia ciertos grupos poblacionales; infiriéndose, pues, que representa él un engendro racista, tirano, cafre, intolerante, deshumanizante. Reitero, el señor Donald Trump (nombre que traducido al español corresponde a Donaldo Trompón) es el mismísimo Belcebú en persona. No obstante, pese a su hasta hoy exitosa campaña en procura de ser ungido como candidato oficial de los republicanos, aun ganando tal nominación no logrará él aplastarse en el Solio de la White House; porque finalmente por fortuna se impondrá una mayoría que comprende con certitud lo fatídico que sería para Gringolandia (en especial para los inmigrantes y nativos discriminados por Trump), para toda la Tierra, tenerlo en tal pedestal. Todo indica que Trump ha confundido la Casa Blanca con un frenocomio, que es donde debe estar.
Háblase aquí del Trump que se la pasa de escándalos en escándalos; el mismo que ha sido acusado de tramposo, habiendo creado una universidad dedicada a defraudar a los estudiantes por su afanosa obsesión por la plata. ¿Se imaginan de qué podría ser capaz Donaldo pretendiendo, seguramente, apoderarse de todas las riquezas del Orbe donde llegare a ser presidente de Estados Unidos?, ¡líbranos, Dios! Hay algo en lo que se me hace que que el expresidente Uribe Vélez le ha enseñado muy bien a Trump; y es esa magia para lograr adormecer a no poca gente aun sabiendo que tratan con el mismísimo Lucifer. Claro, es culebrerismo combinado con infundir temor; o sea, "si no abrazamos a Trump (como igual se da con Uribe) nos puede hasta costar la vida"; y en el caso del señor Trompón, además, juega mucho su fortuna para comprar respaldos. No hay duda, el Uribe es un gran maestro, exportador de la maldad. Estados Unidos, con mucha gente buena, e igual el Mundo, no merecen la desgracia de un Trump como rey en la Casa Blanca.
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