Comenzar cualquier proceso de paz sin que de antemano se pacte una tregua bilateral de hostilidades bélicas entre los bandos en conflicto es lo mismo como si, por ejemplo, en una relación de pareja una de las partes le dice a la otra: "Es tiempo de no seguir en peloteras; entonces, mientras sembramos la armonía, la paz, deberás abstenerte de atacarme u ofenderme de cualquier manera; pero, quede claro, yo sí puedo hacer eso contigo".
Dicho proceder resulta hasta de ribetes histriónicos, sin duda alguna. No obstante, lo cierto es que aquel luce más irracional, siendo inevitable considerarlo al mismo tiempo más como tramposo de parte de quien desecha hacer una tregua en las hostilidades. Entonces, con respecto a un proceso de paz desarrollado en las referidas circunstancias no queda sino encender muchas velas y ponerse a orar con mucho fervor, rogando que no se cumpla aquello de que "lo que mal inicia, mal ha de terminar"... Se me hace que un proceso de paz sin tregua bilateral es igual a que digamos "acabemos la corrupción, pero sigamos robando cada quien por su lado".
Dicho proceder resulta hasta de ribetes histriónicos, sin duda alguna. No obstante, lo cierto es que aquel luce más irracional, siendo inevitable considerarlo al mismo tiempo más como tramposo de parte de quien desecha hacer una tregua en las hostilidades. Entonces, con respecto a un proceso de paz desarrollado en las referidas circunstancias no queda sino encender muchas velas y ponerse a orar con mucho fervor, rogando que no se cumpla aquello de que "lo que mal inicia, mal ha de terminar"... Se me hace que un proceso de paz sin tregua bilateral es igual a que digamos "acabemos la corrupción, pero sigamos robando cada quien por su lado".
No comments:
Post a Comment